Sí, lo hice... ¡LLORÉ! Y me sentía una estúpida cuando lo hacía y me siento una estúpida...Me sentía una tonta, como si hubiese perdido algo. Pero no era ese el motivo por el cual lloraba; el motivo era quererlo tanto. Además, se sumaron otros motivos... las causas que dieron origen a mi llanto eran la confusión, los celos, la incertidumbre...
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